Antes de cumplirse un mes de la tragedia en la Línea 12 del Metro, el servicio emergente del Metrobús comenzó a operar en avenida Tláhuac, donde las unidades de este transporte tuvieron que batallar con el tránsito y las invasiones del carril exclusivo; aun así, el tiempo de traslado se redujo de 15 a 20 minutos entre Tláhuac y Atlalilco.
Por la mañana, Claudia Cabello y Eder Ávila, originarios de Tulyehualco, en Xochimilco, abordaron en la terminal Tláhuac una de las 20 unidades gratuitas que iniciaron la fase de prueba del servicio exprés.
El avance fue fluido hasta Tezonco, donde el tránsito vehicular se intensificó y más adelante, entre San Andrés Tomatlán y Culhuacán, los conductores de vehículos particulares y microbuses invadían el carril confinado.
“Esperaba llegar más rápido, pero vienen muchos carros enfrente, no respetan el carril del Metrobús”, dijo Claudia Cabello.
En el trayecto, hay tramos de avenida con sólo dos carriles que se comparten entre todos los conductores, pero hay otros, como de San Andrés Tomatlán a Culhuacán, donde se confinó el exclusivo.
Antes del colapso de una trabe a la altura de la estación Olivos, ocurrido el 3 de mayo, Claudia y Eder hacían una hora y media hasta Insurgentes y Reforma, pero ahora son casi tres horas entre combi, camión, Metro y Metrobús, aseveró Eder. “Es muy desgastante”, agregó.
Usuarios del Metrobús exprés, que sólo para en Tláhuac, Nopalera, Tezonco y Atlalilco, aseguraron que ahorraron entre 15 y 20 minutos.
“Hice 45 minutos de Tláhuac a Atlalilco, 15 minutos menos que antes. El problema es en Calle 11, porque hay pocos carriles”, comentó Daniel Alfonso.
Parte del tiempo ganado se pierde en Atlalilco, añadió José Antonio Corona, porque antes de bajar, el autobús realiza un giro y luego debe tomar otro para dirigirse a las siguientes estaciones de la Línea 12.
Roberto Capuano, director del Metrobús, dijo que las pruebas servirán para afinar el servicio, que llegará hasta 60 unidades con capacidad de 160 pasajeros cada una.
Información Heraldo de México
