Los datos del Repda indican que el título 09QRO100304/26FMDL18 es el que más beneficios otorga a Kimberly Clark De México, SAB de CV, con el permiso de explotar 14 millones 191 mil 200 metros cúbicos de agua. Éste fue emitido por la Dirección General de Querétaro, de la Conagua.
Desde 2007, José Luis Aguilera Rico, diputado federal e integrante del Grupo Parlamentario Convergencia, en la LX Legislatura, promovió un punto de acuerdo en el que acusaba que durante más de 10 años se habían denunciado anomalías ambientales en el río San Juan, ubicado en el municipio de San Juan del Río, Querétaro. Y señalaba que los programas municipales para recuperar el afluente habían fracasado.
En aquella denuncia se señalan a a Kimberly Clark como responsable de rellenos clandestinos y contaminantes del río. El punto de acuerdo solicitaba a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y a la Procuraduría Federal del Medio Ambiente, investigar a esa empresa de los X González y a otra, de nombre Kaltes, por posibles daños ecológicos en el río San Juan. En esa zona, se ubica la planta Bajío de la papelera.
Otro permiso a su favor es el 10VER130737/28FOOC15, que le permite extraer 10 millones 640 mil 140 metros cúbicos de agua. Este se lo entregó la Dirección General del Organismo De Cuenca Golfo Centro, el 8 de enero de 2001.
El tratamiento del agua en la región de Ixtaczoquitlán, donde se encuentra asentada una de sus plantas de Kimberly Clark, no es público: los pobladores de la región desconocen los procesos de uso y descarga al río Blanco, principal afluente a donde llega la empresa.
Beatriz Torres Beristain, investigadora del Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana (UV), expone que Kimberly Clark es una de las plantas más importantes en la zona, pues genera un significativo número de empleos, pero también es una de las que se encuentran en el corredor industrial contaminante, donde también están: Productos Químicos Naturales, SA de CV (Proquina), Cementos Apasco, Pepsi Co y Heineken.
El consumo de agua en esta región, expone la académica, es muy grande no sólo por Kimberly Clark sino por toda la zona industrial. “Sí hay problemas de agua. Lo complicado es identificar la responsabilidad de quién lo hace, porque no hay tanta claridad para los ciudadanos de cómo se está tomando el agua”.
El problema con la empresa de los X González, añade, es como con cualquier papelera: el uso intensivo del agua para los procesos de producción de papel y de blanqueado. “Sabemos que las aguas de Kimberly Clark, como las otras industrias, se van a la planta depuradora que se llama Fideicomiso del río Blanco (Firiob), donde van todas las aguas industriales y las municipales de Orizaba, y finalmente caen al río Blanco, que tiene sus aguas súper contaminadas”.
Municipios como Nogales, Río Blanco, Orizaba, Ixtaczoquitlán, y Córdoba tienen comunicación con el agua de ese afluente, que es un “río muerto, ya no es un río que tenga vida acuática ni uso para pesca ni mucho menos. Sin embargo, tiene una importancia ecológica muy importante porque da humedad y alimenta muchos nacimientos de agua que van a algunas otras pequeñas comunidades”, dice la investigadora de la Universidad Veracruzana.
El tercer permiso que más volumen de agua le permite explotar a la trasnacional papelera es el 06COA100129/24FMDL14, con la extracción de 2 millones 448 mil 836 metros cúbicos de aguas subterráneas, otorgado por la Dirección local de la Conagua en aquella entidad. En esta zona se encuentra la planta de Ramos Arizpe, desde 1993, para la fabricación de papel a partir de pulpa.
Le sigue el título 5MEX100824/26FMGR95, con la extracción de 2 millones 289 mil 680 metros cúbicos, otorgado por la Dirección General del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México. En esta zona operan las plantas de Ecatepec, Cuautitlán Izcalli, Parque Vesta y Evenflo.
La Dirección local de la Conagua en Tlaxcala asignó el permiso de concesión TLX100028, para explotar 390 metros cúbicos del vital líquido, donde opera la fábrica ubicada en el municipio de Tlaxco.