Comerciantes y empresarios del Centro Histórico expresaron su indignación ante la proliferación diaria de puestos ambulantes en las principales calles y avenidas de la zona, lo que dificulta el tránsito de peatones y refuerza la percepción de que las leyes son “letra muerta”.
Durante un recorrido realizado por La Prensa en calles como Tacuba, Isabel la Católica, 16 de Septiembre, Madero y Paseo de la Reforma, se constató el crecimiento del comercio informal, mientras el gobierno capitalino permanece indiferente y ha fracasado en su intento de “limpiar” estas áreas turísticas.
Los dueños de negocios establecidos también denuncian la entrada indiscriminada de tráileres de caja simple y doble remolque en horarios restringidos, utilizados para abastecer bodegas de comerciantes de origen asiático, sin que las autoridades hagan valer la normativa.
Además, otro problema recurrente es el estacionamiento irregular de motocicletas y scooters sobre las calles, pese a la existencia de señalamientos que prohíben esta práctica.
“La ley es letra muerta”
“Las motos siguen circulando sin restricciones en República de Chile, y en las noches los tráileres de doble remolque entran sin problema, aunque dijeron que eso ya no se permitiría. Es pura letra muerta la ley”, denunció un comerciante afectado, quien mostró su descontento ante la inacción gubernamental.
Sobre el comercio ambulante, agregó: “En Isabel la Católica ya instalaron otro tianguis de artesanías. No tienen llenadera. Reforma y Juárez son de las más afectadas, parece que no hay autoridad”.
En cuanto al transporte de carga, el empresario señaló que cada noche ingresan entre 40 y 50 tráileres. “Esta mañana se atoró uno en 20 de Noviembre, y era de doble remolque, cuando se supone que después de las 10:00 horas no pueden cargar ni descargar”, enfatizó.
Con visible molestia, sentenció:
Lo de las bodegas de los chinos sigue igual o peor. Ya lo hacen de forma descarada
Autoridades rebasadas
Los comerciantes consideran que las autoridades han perdido el control de la zona, permitiendo que el ambulantaje prospere sin restricciones. Aseguran que, aunque el gobierno central ha intentado “limpiar” el primer cuadro de la ciudad, los comerciantes informales regresan a las pocas horas, desafiando cualquier intento de ordenamiento.
Debido a esta situación, muchos negocios establecidos enfrentan serias dificultades económicas y algunos se encuentran al borde del cierre. A esto se suma la constante afectación por marchas y protestas, que obligan a bajar cortinas para evitar daños.
La falta de acción por parte del gobierno de Clara Brugada Molina ha generado un clima de incertidumbre y frustración entre los empresarios, quienes exigen soluciones urgentes para frenar el descontrol en el Centro Histórico de la Ciudad de México.