“En cada escuela hay una víctima”: Alertan por aumento en casos de abuso sexual infantil en Chihuahua

“En cada escuela hay una víctima”: Alertan por aumento en casos de abuso sexual infantil en Chihuahua

En Chihuahua el abuso sexual pasó de ser una problemática aislada a una crisis persistente que atraviesa aulas, hogares y comunidades enteras, de acuerdo con las cifras recopiladas por el Observatorio Ciudadano de Ficosec, en donde se muestra un incremento anual en la última década con una tendencia de entre 100 y 200 denuncias, de los cuales, al menos la mitad de los casos involucran a menores de edad.

En el Observatorio Ciudadano de Ficosec se muestra que en 2015 se reportaron 1,064 denuncias por delitos sexuales en Chihuahua. Para 2023, el número había escalado a 2,044, prácticamente el doble. El periodo 2017–2023 fue el más crítico: cada año se sumaron entre 100 y 200 nuevos reportes, con un pico de 1,954 casos en 2022 y el máximo histórico un año después.

Aunque 2024 cerró con una leve baja —1,908 denuncias— activistas y especialistas advierten que esta variación no representa una disminución real, sino una oscilación normal dentro de una tendencia que sigue apuntando hacia arriba.

A nivel municipal, los registros de la Fiscalía General del Estado confirman que la problemática en Chihuahua capital se mantiene en niveles alarmantes. Entre enero y agosto de 2024 se contabilizaron 1,549 casos de abuso sexual en el municipio. Para el mismo periodo de 2025, la cifra es casi idéntica: 1,546 casos.

La paridad entre un año y otro no sugiere estabilidad, sino un estancamiento en niveles muy altos, “no estamos reduciendo la incidencia; la estamos sosteniendo en un punto crítico”, apuntó Isabel Sánchez, directora de la Asociación Cuidado Infantil Preventivo (CIP), quien también advirtió que la magnitud del problema ha llegado a normalizarse en el entorno escolar.

“En cada escuela a la que vamos, siempre hay un niño o una niña que se nos acerca con una historia. Escuela en la que entras, escuela en la que encuentras una víctima”, lamentó la activista. Un análisis periodístico basado en datos oficiales de la FGE reveló que 738 niñas y niños menores de seis años fueron víctimas de delitos sexuales en todo el estado entre 2024 y junio de 2025.

En ese mismo lapso, el Ayuntamiento de Chihuahua registró 172 víctimas de entre 1 y 6 años únicamente dentro de la capital, números que colocan a la primera infancia como el sector más desprotegido y, al mismo tiempo, el menos capaz de verbalizar lo que ocurre.

Como un crudo recordatorio de esto, entre enero y abril de 2025, en Ciudad Juárez se realizaron pruebas médicas a 218 menores de entre 2 y 6 años en diversas guarderías, lo que derivó en la apertura de 71 carpetas de investigación. Aunque los hechos ocurrieron en otro municipio, organizaciones especializadas como la de Sánchez aseguran que el patrón es replicable en Chihuahua capital debido a las condiciones similares de riesgo.

En comunidades como Santa Eulalia, CIP ha identificado un fenómeno doloroso: niñas víctimas de abuso que se convierten en madres adolescentes y posteriormente, vuelven a criar a sus hijos en entornos similares de violencia y silencio, “las mamás tienen 14 o 15 años. Son niñas que fueron abusadas y ahora repiten un ciclo que parece interminable”, explicó Sánchez.

La organización CIP trabaja bajo un modelo de tres ejes: talleres de límites corporales para niñas y niños; formación para padres en detección de riesgos; y capacitación para docentes, quienes con frecuencia son los primeros en identificar señales de alarma, “no puedes hacer prevención sin terminar atendiendo. En todas las comunidades donde entramos, sin excepción, aparece un caso reciente”, señaló.

Sánchez recordó que los indicadores más frecuentes incluyen bajo rendimiento escolar, irritabilidad, ansiedad, regresiones conductuales y la presencia inexplicable de regalos o atenciones especiales, “no siempre significan abuso, pero siempre significan que algo pasa y que el niño necesita atención”, subrayó.

Asimismo, la activista destacó que los datos internos de la organización y las tendencias de la Fiscalía coinciden en un punto: los agresores suelen ser personas cercanas a la víctima, desde abuelos, padrastros, tíos, cuidadores y parejas de las madres encabezan las estadísticas, seguidos por amigos o allegados, “el abusador no tiene prisa. Gana la confianza del niño y de la familia. Es afecto con mala intención”, afirmó la directora.

Pese a la gravedad del tema, Sánchez insiste en que hablar de abuso sexual infantil no debe convertirse en un tabú, “el abuso es terrible, pero enfrentarlo puede ser algo muy bonito, porque abre la puerta a la solución. La recuperación es posible”, expresó.

Asimismo, reiteró que para la organización, la prevención no solo protege a una víctima; evita una cadena futura de violencia, adicciones, depresión y rupturas familiares, “siempre digo que si salvamos a un niño, salvamos a una ciudad completa. Cambiar su historia cambia el destino de todos”, concluyó.

Por ello, trabajan de la mano con los gobiernos municipal y estatal para poder acercar las herramientas que ayuden a identificar cualquier caso en relación al abuso infantil. Para las escuelas y familias interesadas en solicitar talleres o capacitaciones pueden contactar a CIP a través de sus redes sociales en @cip-mx o al 614-539-9905.

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