Preocupados por su fuente de ingresos, las personas afectadas han entablado mesas de trabajo con autoridades del gobierno capitalino y la alcaldía Tlalpan para conocer cuál es motivo por el que los retiraron, si los reubicarán o qué pasará, pero hasta ahora el avance es mínimo.
Comerciantes que llevan más de 15 años instalados frente al Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, fueron obligados a retirarse del camellón en donde tenían sus puestos y permanecer más de un mes sin poder tener algún ingreso económico. El argumento que les dieron es “dan mal aspecto”.
El pasado 11 de octubre, cerca de 40 elementos de la policía capitalina los obligaron a quitar sus puestos sin que les mostrarán algún documento oficial que acreditara la autorización del retiro.
Los comerciantes mostraron sus permisos y le explicaron a los policías que sus papeles estaban en regla y llevaban más de 15 años ahí instalados. La respuesta que recibieron por parte de Arturo Gutiérrez, quien se presentó como funcionario de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México es que sus permisos no servían, que podían ser revocados y que mejor accedieran o se llevarían sus pertenecías.
“Se quitan o los quitamos”, les dijo de manera violenta y tratando de intimidarlos quien se presentó como funcionario de gobierno.
Así, sin ninguna explicación, se violentó su derecho al trabajo.
Ellos solicitan iniciar una carpeta de investigación por los hechos, se les reubique en el mismo espacio o se les informe por parte de una autoridad y de manera formal por qué no pueden seguir trabajando frente a la universidad, y de hacerlo, contar con un plan de reubicación que los tome en cuenta.
Negociaciones que no avanzan e ingresos afectados
Preocupados por su fuente de ingresos, las personas afectadas han entablado mesas de trabajo con autoridades del gobierno capitalino y la alcaldía Tlalpan para conocer cuál es motivo por el que los retiraron, si los reubicarán o qué pasará, pero hasta ahora el avance es mínimo y sus ingresos se han visto mermados.
Aunque el Tec de Monterrey tiene un enlace con la comunidad y vecinos cercanos a la universidad, el contacto ya no responde, acusan los afectados, quienes dicen que la institución sí les había informado que buscaba mejorar su imagen, pero existía el compromiso de que ellos no serían perjudicados, y que incluso, habría un proyecto que contemplaba puestos metálicos para ellos y así mejorar el entorno.
La señora Victorina Sánchez, una de las afectadas, tenía un negocio de periódicos frente al Tec de Monterrey desde hace más de 35 años. El puesto era de su esposo y cuando él falleció ella tomó su lugar con la venta de revistas, periódicos, dulces y botanas.
Desde que retiraron su puesto pasó casi un mes sin percibir ingresos. Cuenta que desde la pandemia sus ventas bajaron y sus ingresos diarios eran de entre 100 y 200 pesos, pero con el reinicio de clases presenciales sus ventas se duplicaron, pero de pronto le quitaron sus puesto pese a que la Unión de Voceadores tiene un convenio con el Tec de Monterrey y el gobierno que le permitía vender.
Victorina dice que no se le hace justo el argumento de que “dan mala imagen y no se permitirá ningún ambulante”, cuando ellos son trabajadores no asalariados que cumplen con sus obligaciones ante la ley. El sindicato de voceadores ya está al pendiente también de su caso.
Ricardo Olalde es cerrajero y también es uno de los afectados. Llevaba 16 años con su puesto instalado frente al Tec, cuenta con permisos de la alcaldía y la Secretaría del Trabajo, pero ahora de nada valen.
Algunos elementos de seguridad y trabajadores de la alcaldía le han dicho que el Tecnológico de Monterrey quiere limpiar todo lo que está alrededor de su campus.
En entrevista, cuenta que la universidad tiene un proyecto con las autoridades de la Ciudad de México en la que se impulsa una mejor imagen y reordenamiento urbano; sin embargo, asegura que no está tomando en cuenta a la comunidad y al entorno.
El proyecto se llama “DistritoTec” y fue implementado en el campus de Monterrey desde 2014.
“Todo lo que han hecho es beneficio para ellos, donde estábamos ya pusieron macetas. Quitaron la barda y ahora la universidad está al aire libre y decidieron que nosotros damos mal aspecto. En los primeros encuentros les dije que podía hacer mi puesto más pequeño, incluso pintarlo de rosa pastel, el punto era seguir trabajando”.
Él se organizó con sus compañeros y familiares para instalar un tendedero con cartulinas y la gente se diera cuenta de lo que está pasando. El reclamo fue: “Necesitamos trabajar”. Hasta ahora han mostrado apoyo, vecinos, estudiantes, académicos, e incluso las autoridades de la alcaldía Tlalpan, que según Ricardo, les dicen que la orden viene del gobierno central, por un convenio con el Tec.
La dirección de asuntos jurídicos y de gobierno de la alcaldía Tlalpan informó a Animal Político que “los operativos fueron instrumentados por autoridades del gobierno capitalino” y que actualmente se trabaja en la elaboración de un programa de reubicación de personas y familias dedicadas al comercio informal en diversas zonas de la demarcación.
¿Reubicación?
Aún sin un acuerdo formal, los tres comerciantes fueron reubicados, aunque no saben si de manera temporal. Victorina instaló su puesto de periódicos bajo un puente vial, en la calle Puente; la venta poco a poco avanza, pero dice, no es nada comparada con el lugar en donde se ubicaba y los estudiantes y vecinos la buscaban.
No sabe si se quedará en ese lugar definitivamente o qué pasará. Al menos, dice, ya sale para solventar los gastos.
Ricardo no ha abierto la cerrajería desde hace dos meses. Le indicaron que instalara su puesto sobre la calle Puente en una esquina en la que no cabe, estorba el paso peatonal, y además, dificulta el acceso de una rampa para personas con discapacidad.
Como forma de protesta, un par de días se instaló con una pequeña mesa en el lugar que tenía frente al Tec para que los vecinos conocieran lo que ocurre.
Juan está a unos pasos de Ricardo, a un lado de una base de microbuses que hacen que se dificulte la visibilidad de su puesto. Poco a poco la gente los ha ido ubicado nuevamente. Se muestra desanimado de que el gobierno diga “primero los pobres”, pero en los hechos les pone obstáculos para trabajar.
Su puesto es grande y dice que las autoridades ni siquiera lo ayudaron a mover su puesto, pese a que es un adulto mayor.
La esquina donde trabajaban Victorina, Ricardo y Juan ahora está ocupada por unos grandes macetones. Vecinos consultados dicen que se ven bonitas, pero que no les genera ningún beneficio a la comunidad, obstruyen el paso peatonal e impiden el oficio de gente trabajadora.