Hace 60 años la señora Jovita Ruiz Xalpa llegó a vivir a la colonia Culturas de México en el municipio de Chalco, Estado de México. Dice que ella y su esposo fueron los primeros en fincar en una zona que antes era ejidal.
Durante ese tiempo le han tocado varias inundaciones como la que ocurrió hace 16 años cuando se desbordó el Río de la Compañía; sin embargo, ninguna se compara con la que están viviendo en este momento.
Este viernes se cumplen 15 días de que 600 familias en 16 calles de las colonias Culturas de México y San Miguel Jacalones II viven entre aguas negras. Muchas de las casas también están inundadas por dentro. Los vecinos están desesperados, algunos perdieron parte de su patrimonio. El olor es insoportable y comienzan a tener estragos en la salud.
“En esa ocasión se desbordó el Río de la Compañía, fue cuando nos inundamos por primera vez, pero ahorita rebasa todo eso, yo ya tengo agua en mis cuartos, porque yo no me inundaba y ahorita tengo la cocina, las piezas, todo está inundado”, expresa.

El esposo de Doña Jovita falleció hace 8 años. En su casa vive una de sus hijas con su nieta y dos bisnietos bebés. “Temo mucho que a ellos les vaya a pasar algo con esta agua”.
Las calles además de anegadas lucen vacías. La gente sale por lo indispensable. Los negocios están cerrados. Y cuando alguien tiene que salir de casa lo hace con botas de plástico para carnicero o tipo industrial.
“Nos metemos con las botas, así andamos cocinando y limpiando y y hacemos el quehacer así con las botas”, comenta Doña Jovita.
En la avenida Solidaridad, en un tramo como de 100 metros, el nivel del agua rebasa el metro de altura. Por ahí solo se atreven a pasar camiones de pasajeros o camionetas. Esta vialidad es la frontera entre las colonias Culturas de México y San Miguel Jacalones II, lugar donde vive el señor Juan Hernández Santos.
“Cada año tenemos el mismo problema, lo que son estas calles y este pedazo de calle aquí enfrente de los muelles, siempre sucede lo mismo, pero hoy, no sé si fueron lluvias atípicas o qué fue, pero todas las casas de este lado se inundaron”, expresa.

En 15 días el agua ha disminuido como cinco centímetros. El problema, comenta Hernández Santos, es que durante el día se evapora un poco, incluso hay algunas motobombas que están funcionando, pero cuando llega la tarde llueve y de nuevo vuelve a subir el nivel.
El señor Juan vive con su esposa, una hija y sus nietos. Relata que el agua dentro de su casa llega casi a las rodillas. La mayoría de sus muebles se mojaron y quedaron inservibles. Por el momento están comiendo tortas, por lo fácil y para no usar la estufa. No se pueden bañar y están comprando agua de garrafón.

“Estoy viendo cómo podemos sacar el agua, porque no se puede ya vivir así (…) Nos llega bastante alto, nos tapa las botas y no tenemos solución de las autoridades ni de la nueva gobernadora, no sabemos nada de lo que va a pasar con nosotros”, indica Hernández Santos.
Apenas el jueves pasado, 14 días después de la inundación, la gobernadora Delfina Gómez realizó un recorrido por las calles Mayas, Madres Solteras y Chalchihuitlicue de la colonia Culturas de México. Acudió a supervisar las acciones que emprendió su administración. Además, escuchó las demandas de los vecinos.

¿Por qué ha durado tanto la inundación de Chalco?
Adrián Hernández Romero, coordinador General de Protección Civil y Gestión Integral de Riesgos del Gobierno del Estado de México, explica en entrevista que el drenaje se desbordó con el agua de lluvia porque hay un tapón de basura y lodo en un tubo de 220 centrímetros de diámetro.
El funcionario agrega que el nivel del agua no ha bajado en estos días porque fluye muy poco hacia la salida que va a Valle de Chalco, que es donde desfoga gran parte del municipio de Chalco.
“Quiero pedirles paciencia a la gente, no creo que sea conveniente, pero sí que nos tengan confianza, que estamos trabajando, hoy por la mañana tuvimos un recorrido con algunos vecinos, donde les vamos demostrando lo que se está haciendo, lo poco que hemos podido hacer con el tema de del tapón”.

“Ya no puedo más, me voy a rentar un cuarto”
La casa de María Alejandra Reséndiz sigue inundada, el agua está entre los 60 y 80 centímetros de altura. Señala que la situación se está saliendo de control, por lo que ya está buscando rentar un cuarto.
“No se puede guisar así, el olor ya es muy feo porque son aguas negras. Ya no se puede vivir así; además, tengo un hijo con discapacidad. Enfrente de él me hago la fuerte, pero ya es una situación muy complicada, ya no puedo más”.
Comenta que ha llegado al extremo de pedir alojo a amistades, así como que la dejen usar el baño. Está comiendo en puestos de la calle. También dice que su hijo ya empieza con dolor de garganta y gripa.
“Ya llevamos 15 días, así en las aguas negras, y queremos que nos echen la mano, porque no es nada fácil. Todo esto ya se está saliendo de control porque no baja el agua y sigue lloviendo, por eso pedimos ayuda”.
