Debido a que muchas personas han distorsionado la fe, el padre Tharcisse Rukundo, párroco de la parroquia de San Judas Tadeo Cuemanco, recordó que San Judas Tadeo no protege delincuentes ni a personas que van y piden daño para otros.
En el contexto de la ruta de la reliquia de San Judas, el sacerdote expuso que no es un santo que obra milagros; los milagros los hace Dios. No hace magia ni ayuda a cometer delitos. No protege a ladrones ni es un amuleto contra el mal. Ni es Judas Iscariote el traidor.
Foto: Patricia Carrasco / La Prensa
El padre Tharcisse Rukundo, oriundo de Bugarama, Burundi, en la pasada conferencia de prensa en la Catedral Metropolitana precisó que san Judas Tadeo es un santo cuya devoción llegó y se difundió aceleradamente en México en la década de los 80, específicamente en 1982, en un contexto nacional de crisis severa por una complicación en el pago de la deuda externa que ocasionó pérdida de empleos y muchas familias comenzaron a vivir una situación desesperada.
“México no es el único país que ha sido devoto de San Judas Tadeo, pues en los años 20, en Estados Unidos la devoción por este santo se extendió tras la depresión de 1929 y se convirtió en el santo predilecto de los migrantes europeos.
“Fueron muchas personas que vivían una situación crítica y fueron los primeros en acercarse a esa devoción, y se le conoció como patrono de las causas difíciles y se pusieron bajo su patrocinio para poder salir de esa situación complicada. Y la devoción se fue extendiendo”, comentó
En la Parroquia de San Judas Tadeo Cuemanco, los fieles pudieron ver expuesta la reliquia del “Apóstol de las causas imposibles”, el pasado fin de semana.
El padre Tharcisse Rukundo comentó que se trata de un acontecimiento de gracia debemos aprovechar para alcanzar la unidad nacional, pidiendo la intercesión de este Santo Apóstol que acompañó a Jesús en su vida pública.
Al tener la reliquia en la parroquia de San Judas Tadeo en Cuemanco, el sacerdote Rukundo comentó: “es como tener al mismísimo santo en medio de nosotros, una visita del cielo a la Tierra”.
El sacerdote de origen africano recordó que frente a un panorama nacional, la devoción a san Judas Tadeo, introducida a México por los padres claretianos, representó un signo de esperanza para esas familias, especialmente por su fama de intercesor para las causas difíciles y desesperadas.
Detallo que los padres claretianos que estaban en San Hipólito platicaron con sus hermanos de Estados Unidos… así que pidieron que una imagen pudiera venir de Estados Unidos aquí a México y llegó directamente con los claretianos a San Hipólito”.
Pero también llegaron otro tipo de devotos, pues comenzaron a acudir a personas relacionadas con actividades delictivas, que fueron tomando como punto de encuentro el Templo de San Hipólito, en la colonia Guerrero.
“La devoción entonces se fue desviando hacia prácticas ajenas al cristianismo. “Lo cual es necesario ir corrigiendo, para que la devoción a san Judas Tadeo sea una devoción con la marca del cristianismo, y que la Comunión de los Santos sirva a los vivos para poder dirigir su vida al encuentro con el Señor”, precisó el párroco.
A los devotos que suelen hacerle al santo peticiones malsanas, Tharcisse Rukundo resaltó que lo primero que deben pedirle los ayude a cambiar el corazón y les infunda el deseo de imitarlo, a fin de dejar a un lado las maldades.